martes, 14 de mayo de 2013



1.- Tus necesidades son tan importantes como las mías
Es el estilo más maduro y nutritivo de todos. Sus integrantes son personas congruentes con el interés que dicen sentir hacia sus parejas. Poseen gran capacidad autocrítica, son abiertos y le transmiten al cónyuge todos los días, de mil maneras, que lo aman.
2.- Yo renuncio a X, pero tú renuncias a Y
Son personas que en lugar de trabajar en ellas para superar las inseguridades que los atormentan, le exigen al cónyuge que deje de realizar las cosas que lo amenazan.  Ejemplo: un hombre le puede pedir a su esposa que deje de trabajar, estudiar o frecuentar a sus amigos o familiares.
 3.- El gris les sienta bien
Son matrimonios apáticos, aburridos, desangelados, sin motivación para crecer y transformar la relación. Muchas veces niegan el conflicto o se culpan mutuamente.
4.- Nos encanta ser como dos líneas paralelas
Son parejas que hacen cada uno su vida por su lado, sin comunicarse, sin compartir cosas entre ellos. Les cuesta mucho trabajo la cercanía afectiva, son distantes y con problemas para crear intimidad.
5.- El esposo busca mamá
El esposo es débil, dependiente, pasivo y busca que le resuelvan la vida. Ella experimenta a su marido como un hijo más, como una carga más en su vida.
6.- La esposa busca papá
La esposa es dependiente, vulnerable, demandante, como si fuera una niña buscando que papá-esposo le resuelva la vida en todos los sentidos.
7.- Yo soy el Mago de Oz
Se presenta especialmente en mujeres, creen que tienen el poder de cambiar al marido, que le pueden colocar un corazón para que aprenda a amar o un cerebro para que desarrollen su inteligencia emocional y aprendan a crear intimidad.
8.- De dos que se quieran bien, con uno que coma basta
Los hombres tienen el poder y el control de la relación, gozan de todos los privilegios, los bienes están a su nombre, tienen la última palabra, mientras que ellas aceptan dócilmente esta situación.
9.- ¿Tú tienes la culpa? No, la tienes tú.
Son parejas en las que ambos se la pasan reprochándose los males de la relación. El resentimiento reina ante la incapacidad de reconocer sus propias carencias y fomentan el culto al victimismo.
10.- Si no me celas es porque no me quieres
Tanto el celoso como el que es el depositario de los celos sufren mucho, es una relación muy tormentosa en la que el que cela cree que la parea lo va a dejar por otro, mientras que la persona en quien recaen los siente como si viviera en un campo de concentración del que no puede salir, ya que no puede convencer al cónyuge de que no tiene interés por otra persona.
11.- ¿Hay un modo de que me hagas completamente feliz? Amor, muérete.
Estas relaciones parecen un campo de batalla donde existen dos enemigos con la consigna de destruirse mutuamente, son depredadores conyugales expertos en la designación y maltrato al otro. Emplean todo tipo de recursos destructivos, como la violencia verbal y física.
12.- Si no me pegas, siento que no me quieres.
Ellos son unos cavernícolas destructivos que odian a la mujer y lo expresan cruelmente a través de diversas modalidades de abusos, mientras que ellas se sienten atrapadas en esa dinámica y no quieren salir de ella o no saben cómo hacerlo.

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